A pocas semanas de las
elecciones presidenciales es bueno saber quién es quién en esta contienda
electoral. No basta con revisar los planes de gobierno. Algo muy importante que
debemos hacer los electores es conocer los antecedentes del candidato o
candidata, a quiénes representa y quiénes están detrás de ellos o ellas. En
esta oportunidad nos ocuparemos del candidato presidencial de Todos Por el Perú
(TPP) Julio Guzmán.
De pronto, Guzmán
parece segundo en las encuestas, justo cuando la inscripción de su plancha
estaba en riesgo por no respetar lo estipulado en su propio reglamento interno
y por no cumplir con las leyes electorales; es decir, por violar los principios
democráticos de una organización política y del país. Un dinosaurio más de la
política que a como dé lugar quiere llegar al poder.
Me pregunto: cómo
sería un posible gobierno de Julio Guzmán, si en su casa propia casa no respeta
las normas y se pasa por encima de todos. Es lo que ha hecho Guzmán, pisoteando
el reglamento interno de su partido político TPP y violando las normas
electorales, el candidato presidencial se impuso a como dé lugar por las ansias
de poder. Y cuando los organismos electorales pretenden sancionarlo con toda
razón, este dinosaurio sale a exigir el respeto a la democracia y la
participación política. Guzmán resultó todo un embustero.
¿Pero qué hay de su
plan de gobierno? Guzmán no ofrece nada nuevo. Es más de lo mismo. Como los
gobiernos anteriores de Fujimori, Toledo, Alan García y Ollanta. Es decir,
quiere seguir manteniendo a un país desigual, injusto, con población pobre, con
altos índices de corrupción, delincuencia e inseguridad ciudadana en todo el
país, porque estos gobiernos no han generado más condiciones para ofrecer otras
oportunidades de superación de la población. Sólo somos un país que extrae
nuestra materia prima para vender en los mercados externos. Todo eso quiere
mantener Guzmán.
¿Qué hay de él? Es un
candidato que miente. Miente demasiado. Se contradice a sí mismo. No tiene
claro sus ideas. Contradice su plan de gobierno, contradice a su equipo
técnico. Julio Guzmán es el típico candidato que cambia de opinión cuando le
conviene. Afirma o niega algo de acuerdo a como sople el viento. Todo esto ha
quedado evidenciado en las diferentes entrevistas que ha concedido a los medios
nacionales. Esto sólo es una pequeña muestra de lo que en realidad es Guzmán.
Julio Guzmán es un
oportunista que tienen un mensaje diferente para el electorado, pero una vez en
el gobierno hará lo mismo que los anteriores gobiernos. Ya ha quedado claro que
no va a implementar la Ley de Consulta Previa, un derecho que los asiste a los
pueblos indígenas. Ha quedado claro que quiere privatizar la educación
universitaria a través de los créditos, es decir, que los jóvenes que quieren
ir a estudiar en las universidades deben endeudarse a altas tasas de interés,
para luego de terminar su carrera vivir por varios años pagando el crédito. Ya
ha sido demostrado en varios países que esta propuesta limita el derecho a la
educación.
Recientemente ha sido
desenmascarado por el programa periodístico Panorama, en donde se demostró que
Julio Guzmán firmó un documento solicitando al presidente de la Comisión de
Presupuesto del Congreso de la República, Josué Gutiérrez (Nacionalista), se
modifique un presupuesto que sirvió para comprar equipos de presunta
interceptación telefónica por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI).
Guzmán es lo mismo y ha quedado demostrado en varias oportunidades.
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