domingo, 28 de febrero de 2016

Otro dinosaurio: Julio Guzmán es más de lo mismo

A pocas semanas de las elecciones presidenciales es bueno saber quién es quién en esta contienda electoral. No basta con revisar los planes de gobierno. Algo muy importante que debemos hacer los electores es conocer los antecedentes del candidato o candidata, a quiénes representa y quiénes están detrás de ellos o ellas. En esta oportunidad nos ocuparemos del candidato presidencial de Todos Por el Perú (TPP) Julio Guzmán.

De pronto, Guzmán parece segundo en las encuestas, justo cuando la inscripción de su plancha estaba en riesgo por no respetar lo estipulado en su propio reglamento interno y por no cumplir con las leyes electorales; es decir, por violar los principios democráticos de una organización política y del país. Un dinosaurio más de la política que a como dé lugar quiere llegar al poder.

Me pregunto: cómo sería un posible gobierno de Julio Guzmán, si en su casa propia casa no respeta las normas y se pasa por encima de todos. Es lo que ha hecho Guzmán, pisoteando el reglamento interno de su partido político TPP y violando las normas electorales, el candidato presidencial se impuso a como dé lugar por las ansias de poder. Y cuando los organismos electorales pretenden sancionarlo con toda razón, este dinosaurio sale a exigir el respeto a la democracia y la participación política. Guzmán resultó todo un embustero.

¿Pero qué hay de su plan de gobierno? Guzmán no ofrece nada nuevo. Es más de lo mismo. Como los gobiernos anteriores de Fujimori, Toledo, Alan García y Ollanta. Es decir, quiere seguir manteniendo a un país desigual, injusto, con población pobre, con altos índices de corrupción, delincuencia e inseguridad ciudadana en todo el país, porque estos gobiernos no han generado más condiciones para ofrecer otras oportunidades de superación de la población. Sólo somos un país que extrae nuestra materia prima para vender en los mercados externos. Todo eso quiere mantener Guzmán.

¿Qué hay de él? Es un candidato que miente. Miente demasiado. Se contradice a sí mismo. No tiene claro sus ideas. Contradice su plan de gobierno, contradice a su equipo técnico. Julio Guzmán es el típico candidato que cambia de opinión cuando le conviene. Afirma o niega algo de acuerdo a como sople el viento. Todo esto ha quedado evidenciado en las diferentes entrevistas que ha concedido a los medios nacionales. Esto sólo es una pequeña muestra de lo que en realidad es Guzmán.

Julio Guzmán es un oportunista que tienen un mensaje diferente para el electorado, pero una vez en el gobierno hará lo mismo que los anteriores gobiernos. Ya ha quedado claro que no va a implementar la Ley de Consulta Previa, un derecho que los asiste a los pueblos indígenas. Ha quedado claro que quiere privatizar la educación universitaria a través de los créditos, es decir, que los jóvenes que quieren ir a estudiar en las universidades deben endeudarse a altas tasas de interés, para luego de terminar su carrera vivir por varios años pagando el crédito. Ya ha sido demostrado en varios países que esta propuesta limita el derecho a la educación.

Recientemente ha sido desenmascarado por el programa periodístico Panorama, en donde se demostró que Julio Guzmán firmó un documento solicitando al presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso de la República, Josué Gutiérrez (Nacionalista), se modifique un presupuesto que sirvió para comprar equipos de presunta interceptación telefónica por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). Guzmán es lo mismo y ha quedado demostrado en varias oportunidades.

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