martes, 16 de febrero de 2016

Se apagó la antorcha

Julio Guzmán no va. Ayer aproximadamente a las 12 del día, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), a través de la  Resolución N.° 093-2016-JNE, declaró improcedente la apelación del partido político Todos Por el Perú (TPP) contra la resolución del Registro de Organizaciones Políticas (ROP), que ya había advertido que se cometieron irregularidades en el registro de modificación del estatuto, los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y el Tribunal Nacional Electoral, así como la modificación del símbolo partidario.

Guzmán advertido de esta decisión del JNE, pretendió presionar a este organismo electoral realizando una marcha y acampando al exterior de sus oficinas con sus militantes y simpatizantes, estrategia que no le funcionó, pues se impuso los argumentos legales y formales del ente electoral. Con esta decisión el JNE, se reafirma en su línea jurisprudencial de respeto  a la institucionalidad y cumplimiento a las normas electorales.

Bajo esos mismos términos el JNE debería investigar los procesos de elecciones internas que se dieron en Acción Popular y de la Alianza Popular entre el Apra y el PPC. Ambas planchas electorales habrían cometido irregularidades al momento de elegir a los candidatos como en el caso del partido de la palana. De igual manera, en el PPC no se habría respetado los estatutos internos para hacer la alianza con el Apra.

En el caso de Acción Popular, el mismo presidente partidario Mesías Guevara, denunció que en el proceso de elecciones de candidatos al Congreso y al Parlamento Andino, no cumplieron con lo que establece el estatuto del propio partido, que indica en su artículo 62 que se debe realizar un Plenario Nacional para proceder con este tema. Este caso de incumplimiento de las normas internas, es similar a lo ocurrido con Todos Por el Perú. Así como el JNE hizo respetar su línea jurisprudencial en el caso Guzmán, de haber irregularidades en el partido de la palana, Alfredo Barnechea debería correr la misma suerte.

En el caso de la Alianza Popular entre el Apra y el PPC, tal como denunció la revista Poder “el PPC no realizó un congreso nacional extraordinario para decidir sobre la alianza electoral con el partido de Alan García, candidato a la presidencia”, tal como lo establece el artículo N° 26 del Estatuto del PPC, indicando que son los congresos nacionales extraordinarios los que, en coyunturas nacionales electorales, deciden alianzas políticas, pactos políticos, entre otros. Insisto, el JNE tiene la obligación de investigar estos procesos internos en ambos partidos y ser igual de riguroso como lo fue con Guzmán, con el ánimo de hacer cumplir las normas electorales.

Finalmente, lo que ocurrió con Todos Por el Perú evidencia una realidad que los organismos electorales no reconocen: la fragilidad de los partidos políticos, que se traduce en informalidad, improvisación y hasta desconocimiento de las normas electorales. Y eso no sólo ocurre con los partidos “nuevos”, también con los antiguos como el PPC y Acción Popular, lo que nuevamente pone en evidencia que casi todos los procedimientos internos de las organizaciones políticas es una simulación para intentar cumplir con la Ley. Es decir, los que deciden en los partidos son los “dueños”.

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