Julio Guzmán no va. Ayer
aproximadamente a las 12 del día, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), a
través de la Resolución N.° 093-2016-JNE,
declaró improcedente la apelación del partido político Todos Por el Perú (TPP)
contra la resolución del Registro de Organizaciones Políticas (ROP), que ya
había advertido que se cometieron irregularidades en el registro de
modificación del estatuto, los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y el
Tribunal Nacional Electoral, así como la modificación del símbolo partidario.
Guzmán advertido de esta decisión
del JNE, pretendió presionar a este organismo electoral realizando una marcha y
acampando al exterior de sus oficinas con sus militantes y simpatizantes,
estrategia que no le funcionó, pues se impuso los argumentos legales y formales
del ente electoral. Con esta decisión el JNE, se reafirma en su línea
jurisprudencial de respeto a la
institucionalidad y cumplimiento a las normas electorales.
Bajo esos mismos términos el JNE
debería investigar los procesos de elecciones internas que se dieron en Acción
Popular y de la Alianza Popular entre el Apra y el PPC. Ambas planchas
electorales habrían cometido irregularidades al momento de elegir a los
candidatos como en el caso del partido de la palana. De igual manera, en el PPC
no se habría respetado los estatutos internos para hacer la alianza con el
Apra.
En el caso de Acción Popular, el
mismo presidente partidario Mesías Guevara, denunció que en el proceso de
elecciones de candidatos al Congreso y al Parlamento Andino, no cumplieron con
lo que establece el estatuto del propio partido, que indica en su artículo 62
que se debe realizar un Plenario Nacional para proceder con este tema. Este
caso de incumplimiento de las normas internas, es similar a lo ocurrido con
Todos Por el Perú. Así como el JNE hizo respetar su línea jurisprudencial en el
caso Guzmán, de haber irregularidades en el partido de la palana, Alfredo
Barnechea debería correr la misma suerte.
En el caso de la Alianza Popular
entre el Apra y el PPC, tal como denunció la revista Poder “el PPC no realizó
un congreso nacional extraordinario para decidir sobre la alianza electoral con
el partido de Alan García, candidato a la presidencia”, tal como lo establece
el artículo N° 26 del Estatuto del PPC, indicando que son los congresos
nacionales extraordinarios los que, en coyunturas nacionales electorales,
deciden alianzas políticas, pactos políticos, entre otros. Insisto, el JNE
tiene la obligación de investigar estos procesos internos en ambos partidos y
ser igual de riguroso como lo fue con Guzmán, con el ánimo de hacer cumplir las
normas electorales.
Finalmente, lo que ocurrió con
Todos Por el Perú evidencia una realidad que los organismos electorales no
reconocen: la fragilidad de los partidos políticos, que se traduce en
informalidad, improvisación y hasta desconocimiento de las normas electorales.
Y eso no sólo ocurre con los partidos “nuevos”, también con los antiguos como
el PPC y Acción Popular, lo que nuevamente pone en evidencia que casi todos los
procedimientos internos de las organizaciones políticas es una simulación para
intentar cumplir con la Ley. Es decir, los que deciden en los partidos son los
“dueños”.
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