La campaña electoral de las
organizaciones políticas cada día se da con más fuerza. Algunas ya definieron
quién será su candidato en estas contiendas
y otros aún están en competencia interna. Ya no sorprende ver cómo en
algunos partidos y movimientos políticos se designan al dedazo a sus
candidatos, tampoco sorprende ver la forma tan infame y violenta de hacer
política de algún pre candidato junto a sus seguidores. En realidad esto no debería
sorprendernos ya que en toda campaña siempre han hecho gala de sus “dotes”
delincuenciales en algunos casos. Por su puesto que no debería ser así.
En esta contienda electoral
podemos ver de todo. A las organizaciones políticas, es decir, partidos políticos
nacionales y movimientos políticos regionales no les la calidad profesional del
aspirante, menos la catadura ética y moral y otras actitudes personales que
puedan garantizar una competencia alturada. De igual manera con los que
intentan ser candidatos, a ellos menos les importa a qué organización
representarían, no les interesa la ideología y muchos menos el pensamiento
político de la organización. Es decir, es una especie de relación simbiótica y
en algún caso parasitario.
Cómo confiar en estas organizaciones
políticas, y más aún en los candidatos que saldrán oficialmente en los próximos
días, cómo saber si en algún momento no traicionarán a las organizaciones a la
cual representan. Cómo creer en los compromisos que asuman durante la campaña,
aunque este último ya no debería sorprendernos, sin embargo ello no significa
que debamos acostumbrarnos y pensar que así debe ser. Hay muchas preguntas que
podríamos hacernos y quizás las respuestas no serían las esperadas como para
poder dar un voto de confianza a quienes pretenden representarnos en las
diferentes instancias de poder.
Felizmente en la mayoría de los
casos aún estamos en las elecciones internas, sin embargo no hay mucha
diferencia entre cada candidato a menos que aparezca alguien con mejores actitudes
personales y políticas. Lo único que nos queda es prepararnos para afrontar la
difícil tarea de elegir, lamentablemente así como está el panorama político
regional nos vamos a ver en la obligación de votar por el mal menor. Y si
realmente queremos cambiar esta triste realidad por decir lo menos, entonces
debemos asumir el compromiso por educarnos más, informarnos más y saber que
como ciudadanos también tenemos responsabilidad con el progreso o retroceso de
nuestra sociedad.
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