miércoles, 18 de diciembre de 2013

Trabajo a cambio de votos y algo más….

Estamos a unos días de celebrar las fiestas navideñas y de finalizar el año 2013. Pero también a pocos días de que se terminen los contratos de algunos trabajadores del sector público, sobre todo, de los gobiernos municipales y regionales. Y eso no es todo, ya empezó la carrera política hacia el sillón municipal y regional. Entonces, los contratos de trabajo podrán ser negociables a cambio de votos y de algo más. Lamentablemente los jóvenes serán los más afectados con este nuevo “régimen laboral”.

Tanto es así que ya se vienen alistando los proyectos para ser ejecutados durante la campaña electoral, y así poder dar chamba a muchos jóvenes a cambio de pegar afiches, salir a las calles a gritar y defender candidaturas, salir por las noches a romper la publicidad de la competencia, etc. Y así podría seguir nombrado un sinnúmero de cosas para el cual muchos jóvenes serán contratados en los diferentes niveles de gobierno. Lamentablemente la necesidad de trabajar hace que acepten estas condiciones que finalmente es un trabajo y por el cual hay un pago de por medio y son conscientes de ello ¿Quién tiene la culpa?

Y si menciono jóvenes es porque he visto tantos casos de amigos y conocidos que han sido utilizados o se dejaron utilizar ante la necesidad de conseguir un trabajo. Pero también están aquellos oportunistas que están esperando el momento indicado para ponerse una camiseta, o salir a gritar el nombre de un candidato y hasta levantarlo en hombros con el fin de conseguir un puestito o alguna licitación.  Así como hay otros que se rasgan las vestiduras y gritan y repiten que han luchado contra la corrupción en su época de estudiantes, y que tienen experiencia, formación política, ideológica, etc  y sin embargo cuando les ofrecen un puesto de trabajo, calladitos están y se olvidan de todo lo gritado. Y Esto pasa en todos lados, en hombres, mujeres, jóvenes y adultos.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que politiqueros ambiciosos de poder sigan utilizando al Estado para repetir el plato o poner a sus candidatos favoritos? ¿Y hasta cuándo la juventud seguirá permitiendo que sean utilizados para pegar afiches, etc en épocas de campaña? Porque no nos engañemos, aquellos jóvenes que son militantes y candidatos en una lista, ni siquiera participan al momento de hacer el plan de gobierno. Es decir, sus opiniones, aportes o propuestas no son escuchadas y mucho menos tomadas en cuenta.

Es momento de que la juventud tanto hombres y mujeres, se pongan firmes y se hagan respetar al momento de participar en política. Existen muchos jóvenes con formación política, con capacidad para formular propuestas, con ideas y argumentos acertados que pueden ayudar y contribuir no sólo en la elaboración de un plan de gobierno, sino en el desarrollo de la región. Es hora de que los jóvenes que participarán en esta contienda electoral pongan un alto a esta clase politiquera que pretende llegar al poder en nombre del pueblo sólo para llenarse los bolsillos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Y dónde están los derechos humanos de los que menos tienen?

En 1950 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 10 de diciembre como el Día de los Derechos Humanos. Estos derechos están inherentes en todos los ciudadanos y su realización es indispensable para el desarrollo integral de la persona a nivel social. Todo el conjunto de derechos están establecidos en la Constitución y en las leyes, y deben ser reconocidos y garantizados por el Estado peruano.

¿Realmente se cumple lo mencionado líneas arriba? No. Lamentablemente han pasado varios años desde la declaración de los derechos humanos, y las violaciones a estos derechos fundamentales aún persisten a vista y paciencia de todos. Basta salir a caminar por las calles aledañas de los principales distritos de San Martín para darnos cuenta de la desigualdad social que día a día padecen los que menos tienen.

Sólo como ejemplo: en cuanto a la salud, es deplorable ver que en los establecimientos de salud públicos y privados atienden a las personas peor que a los animales. Ni siquiera existe la infraestructura adecuada para que un paciente se sienta cómodo y con la esperanza de sanar sus dolencias. Y qué decir de la atención por parte del personal médico y administrativo. Es probable que los pacientes que acuden a estos establecimientos salen más enfermos de lo que ingresaron.

Y si hablamos del derecho a una educación de calidad, pues ya tenemos los resultados del informe PISA 2012, que desnuda al sector educación. Según este informe el Perú se ubica en el puesto 65 en matemática, ciencias y comprensión lectora. La evaluación se realizó a 65 países, es decir, estamos en el último lugar. Sin duda, hay un sinnúmero de problemas para mencionar y que todos ellos deben ser atendidos por el Estado.

Quizás muchas personas piensan que los derechos humanos están lejos de nosotros y que sólo pueden ser violados por los delincuentes o por el propio Estado, tal como sucedió en los dos gobiernos de los ex presidentes Alan García y Alberto Fujimori. Sin embargo la realidad es otra. Miremos a nuestro alrededor, salgamos a recorrer las calles de Tarapoto, Morales y La Banda de Shilcayo, y nos podremos dar cuenta la realidad miserable de varias familias.

Niñas y niñas que andan por las calles buscando algo que comer, ancianos y ancianas que se meten a los basurales para buscar materiales reciclables y poder venderlos para mantener a sus hijos o nietos. Madres de familia, jovencitas y homosexuales que se prostituyen en las calles para llevar algo que comer a sus hijos si es que los tienen o familiares a cargo. ¿Y quién dice o hace algo? Así es señores, vivimos en una realidad que no queremos ver, que no queremos escuchar y si lo hacemos es sólo para despertar el morbo. ¿Dónde están los derechos humanos para estas personas? ¿Y dónde está el Estado para garantizar su cumplimiento?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Momento de reflexionar

La historia ya es conocida. Miguel Santillán Arévalo, hijo de un conocido y acaudalado empresario de la región San Martín, ha ocasionado un accidente de tránsito dejando a una joven estudiante universitaria en estado de coma. El responsable de este trágico  accidente se encontraba conduciendo una moderna camioneta en completo estado de ebriedad. Llevaba 2.01 gramos de alcohol por litro de sangre. El caso ha causado mucho interés de la población por tratarse del hijo de un empresario con mucho poder económico, sobre todo,  por el temor de que las autoridades liberen de toda responsabilidad al causante del accidente.

Ayer en horas de la mañana el Juez ha dictado prisión preventiva para Miguel Santillán, quien ocasionó el infortunado accidente. Al mismo tiempo, al frontis del Poder Judicial se protagonizaba un hecho por demás condenable: los amigos de Miguel Santillán, trataban de impedir violentamente el trabajo de los periodistas. Causando empujones, golpes y hasta intentando dañar las cámaras filmadoras de algunos reporteros. Al otro lado de la pista, los compañeros de la víctima muy indignados por lo que ocurría gritaban a viva voz que “a la prensa se le respeta”.

Lo que llamó poderosamente la atención fue que algunos efectivos policiales se mostraban indiferentes frente a la violencia que protagonizaban los “amigos” de Miguel Santillán. Es más, aparentemente algunos policías daban indicaciones a estos sujetos que más que amigos del responsable del accidente, parecían matones contratados para impedir el trabajo de la prensa y de todo aquel que ose captar imágenes. No es la primera vez que la policía se muestra complaciente frente a hechos donde se encuentran involucrados personajes con cierto poder económico, sino recordemos sucedido hace algunos días en la marcha del Frecides.

¿Por qué la Policía permitió que estos sujetos agredan a los periodistas que lo único que hacían era tratar de captar imágenes de un hecho noticioso? Y lo más lamentable fue que algunos efectivos de la Policía también se mostraron violentos con los periodistas, tal es así que se escuchaban las amenazas hacia algunos reporteros cuando trataban de subir al carro policial para sacar mejores tomas de lo que venía ocurriendo. ¿Y así nos dicen que a la policía se le respeta? ¿O es que pueden más los suculentos pollos y cerdos que serán degustados en estas fiestas navideñas?

Sin duda, este caso seguirá dando mucho de qué hablar ya que de por medio está la vida de una joven víctima del alcohol frente al volante. Es lamentable lo que viene ocurriendo en las dos familias. Las dos partes involucradas son jóvenes que seguramente tenían muchos planes para el futuro y que desafortunadamente se ven afectados. Es cierto que nadie está libre de hechos de esta naturaleza pero también está en cada uno tomar las medidas preventivas del caso. Lo sucedido debe servirnos para reflexionar y ser más conscientes del daño que podemos causar por nuestra irresponsabilidad. Que la salud de la joven universitaria se restablezca por el bien de las dos familias, y que las autoridades judiciales hagan su trabajo con mucha transparencia.