En el “Día Internacional de la Mujer Indígena”,
recordamos a Bartolina Sisa, mujer aimara que luchó contra la tiranía colonial.
Fue asesinada el cinco de septiembre de 1782. En la actualidad existen muchas
mujeres que luchan contra la discriminación, sobre todo del Estado peruano.
Bartolina Sisa, por esos años, murió defendiendo su territorio y luchando
contra el sistema opresivo hacia la población indígena. De esos años a la fecha
no ha cambiado mucho que digamos.
En el mundo “moderno y civilizado” las mujeres
indígenas siguen luchando contra ese mismo sistema que asesinó a Bartolina
Sisa, en 1782. En Honduras, defender su territorio le ha costado la vida a
Berta Cáceres, lideresa y dirigente indígena, que fue asesinada a tiros. Era
reconocida por su trabajo en favor del medio ambiente y por su lucha contra un
proyecto hidroeléctrico que afectaba su territorio. Meses después de un
machetazo en la cabeza asesinaron a su compañera Janeth Urquía. Ambas mujeres
indígenas murieron defendiendo su territorio.
En el Perú las mujeres indígenas luchan día a
día contra la indiferencia del Estado. Luchan contra las miradas
discriminadoras y excluyentes. Luchan contra la violencia de las empresas
extractivas que destruyen sus bosques, sus ríos, sus animales. Acaban con su
fuente de vida con anuencia de los gobiernos de turno. Como ven, desde 1782
y hasta mucho antes, las mujeres
indígenas siguen luchando por lo mismo. En el 2016 mueren lentamente por la
indiferencia del Estado.
Las mujeres indígenas siguen luchando por
educación intercultural, por salud intercultural. Luchan por mejores
condiciones de vida para ellas, para sus hijos/as. Luchan por un sistema
inclusivo libre de violencia. Las mujeres luchan para que su cultura no
desaparezca. Para que sus tradiciones se transmitan entre sus generaciones.
Para que su lengua ancestral continúe entre sus hijas e hijos.
También luchan por encontrar justicia para “las
mujeres que fuimos víctimas de uno de los crímenes de lesa humanidad más
vergonzosos del país, las esterilizaciones forzadas, somos, en su mayoría,
indígenas y trabajadoras de la tierra. Muchas nos estamos organizando no solo
para exigir reparaciones que nos corresponden, sino para que se haga justicia
condenando a los verdaderos culpables de la instauración de esta política que
violó a nuestros derechos humanos”.
En San Martín las mujeres Kichwas, Awajun y
Shawis, están en una lucha constante por sacar adelante a su pueblo. Estudian y
se preparan para ejercer su liderazgo, para participar en política, para ser
partícipes de las decisiones que afectan sus comunidades. Luchan para defender
sus territorios. Luchan para que el Estado les atienda. Las mujeres indígenas
de San Martín y de todo el país luchan para no morir como Bartolina Sisa, en
1782.Para no morir como Berta Cáceres y Janeth Urquía, en el 2016.