La región San Martín es sede del “I Simposio Internacional de
Biocombustibles”, un evento que inicia hoy y que durará tres días. Con la
presencia de especialistas nacionales e internacionales se discutirán temas sobre
las materias primas, técnicas de producción y legislación referidas a los
biocombustibles. Hasta aquí suena muy bonito. Sin embargo, hasta qué punto se
conoce a nivel técnico y social de los efectos positivos y negativos que acarrea
esta industria.
Los que vivimos en San Martín y conocemos por lo menos un
poco al interior de la región sabemos que cada día los agricultores tumban
miles de árboles forestales para hacer chacras. Irresponsablemente poco o nada
hacemos los ciudadanos para frenar el daño, y mucho menos, las autoridades
competentes en el tema.
Según el estudio “Análisis de Cambios de Cobertura Forestal
de la Región San Martín de los Períodos 2000 – 2005 y 2005 – 2010”, revela que
en estos años ya se han perdido 117, 727 áreas de bosques. ¿Qué nos espera del
2010 en adelante sin políticas claras referente al tema ambiental? No hace
falta ser agoreros para presagiar lo que nos tocará afrontar.
Por otro lado, vemos el empuje de este Gobierno para la producción
de biocombustibles. Según algunos especialistas indican que los primeros
problemas están vinculados directamente a la actividad agrícola y que en esta etapa
de la industria se produce la mayor cantidad de problemas sociales, económicos
y ambientales.
Hay que tener bien claro que los cultivos de biocombustibles
destruyen bosques naturales y nativos para ser remplazados por monocultivos
intensivos que usan fertilizantes y pesticidas. Por otro lado está el inminente
riesgo de la seguridad alimentaria considerando el aumento de la demanda por
los biocombustibles, asimismo de la producción de los cultivos energéticos,
desplazando la producción de cultivos
tradicionales comestibles.
Los problemas abarcan mucho más, y preocupan mucho en el
sentido que no vemos claramente los avances en políticas ambientales, y menos sobre
los biocombustibles. La inversión privada es importante para el desarrollo de
los pueblos pero respetando las reglas establecidas por el Estado. En este
caso, no conocemos el marco legal a nivel regional que regula la industria de
los biocombustibles.
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